El temor a fracasar, a caerse, es lo que impide a las personas a emprender un negocio. Debemos aprender a superar esos temores. Para ello debemos entender que los fracasos son tales sólo cuando no se aprenden de ellos. En el proceso empresarial las posibilidades de una caída son reales. No existe negocio sin riesgo.
Con seguridad una persona que se caiga del equivalente a la altura de un peldaño de escalera sin mayor problema podrá seguir caminando. Por el contrario si la caída es de mayor altura, levantarse será muy difícil. Pues bien, en los negocios sucede algo parecido. Las pérdidas de inversiones pequeñas son fáciles de remontar. Al contrario cuando las inversiones son cuantiosas las pérdidas son muy difíciles de recuperar y esa experiencia es determinante para el emprendimiento. Los que puedan remontarla estarán en buen camino.
Una de las recomendaciones para quienes queremos empezar un negocio es el desarrollo gradual. Es decir, el método “paso a paso”. Es más lento, pero es más seguro.
Este método tiene varias ventajas. La primera, ya mencionada, es que es más fácil recuperarse. La segunda, se refiere al aprendizaje. Después de cada caída uno es más cuidadoso con los siguientes pasos y, sin duda, es más experimentado. La lección es la misma cuando uno se “cae” de poca altura o de mucha altura. Entonces, qué es preferible: aprender la lección con poco o mucho costo. Sin duda con poco costo.
Por otro lado las caídas de mucha altura dejan “heridas” que son difíciles de superar.
Pero cuando uno se levanta de una caída refuerza su autoestima y ego. Esta es otra de las ventajas del método “paso a paso”. Las personas salimos fortalecidos de una experiencia negativa superada. Cada caída superada refuerza nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos. Sólo se pierde cuando no se aprende.
Cada paso que nos fijamos es una meta a cumplir. Cada meta cumplida nos estimula a seguir avanzando. Si las metas son poco realistas el resultado es la frustración. Evitemos estas situaciones que no ayudan. Por el contrario, nos desalientan a tal punto que podemos abandonar los proyectos.
Un famoso pensador de la administración moderna dice lo siguiente ante la pregunta sobre que haría para ayudar a los jóvenes: “si pudiera haría que tenga una caída muy fuerte”
“La caída lo hará más cuidadoso y si tiene menos de treinta años será más fácil que se levante”, dice. Ello es útil para los futuros empresarios. Ayuda a la formación de un espíritu emprendedor perseverante. Como diríamos alguien duro de matar.
Un amigo me contó la siguiente anécdota familiar. Su padre utilizó el método paso a paso para desarrollar el negocio que tenia en mente. El primer paso: una bodega. El segundo: una panadería. El siguiente paso: un “mini mercado” (o establecimiento de auto servicio). Para llegar a un “Supermercado” (o grandes almacenes). Cada uno de los pasos fue cumplido con éxito.
Para desarrollar un negocio empiece de pequeño pero diseñe las siguientes y subsiguientes etapas de su negocio. Trabaje en ello: en el diseño de esas etapas sucesivas de su negocio y luego manos a la obra y sea perseverante.